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Bárbara Rosillo analiza la importancia de la ropa y su significado en la Sevilla de la época, en 'La moda en la sociedad sevillana del siglo XVIII'

Accésit de Arte del Premio Archivo Hispalense 2016, la Diputación presenta el libro en la Casa de la Provincia hoy, a las 20 horas

 

En la imagen, la cubierta del libro que se presenta esta tarde en la Casa de la Provincia

En el siglo XVIII toda España vestía a la moda francesa y España no era una excepción en Europa, como consecuencia de un fenómeno de internacionalización por el que Francia tuvo un papel preponderante en la moda y costumbres, que se mantuvo hasta bien entrada la Edad Contemporánea.Tampoco la moda que seguía la sociedad de la capital hispalense de la época presentaba unas características o singularización propia: mantenía diferencias, eso sí, según la clase social, pero en general, se guiaba por la uniformización.

 

Son las primeras conclusiones que aporta Bárbara Rosillo, doctora en Historia del Arte y autora del libro 'La moda en la sociedad sevillana del siglo XVIII', que presenta esta tarde, a las 20 horas, en la Casa de la Provincia de la Diputación de Sevilla (Pza del Triunfo, 1), acompañada por María Jesús Mejías, profesora titular de Historia del Arte, y Ramón María Serrera, catedrático de Historia de América, ambos de la Universidad de Sevilla.

 

El trabajo es fruto de años de investigación de su autora, quien adaptó su tesis doctoral, dirigida por la profesora Mejías y defendida en el Departamento de Historia del Arte de la US, para presentarla al Premio de Monografías Archivo Hispalense, donde consiguió el Accésit en la Sección de Arte en 2016, que conlleva la publicación de la obra por la Diputación de Sevilla.

 

'Cuando hice el Doctorado en Sevilla, no tenía muy claro qué investigar. Vi que había un vacío en este tema y, aunque comprendí que me iba a resultar muy complicado, porque había muy pocas fuentes al respecto, me lancé', explica Rosillo, quien ha agradecido las posibilidades proporcionadas a su investigación por instituciones como el Archivo Histórico Provincial o varios museos, a los que se sumaron casas particulares, que pusieron a su disposición grabados y pinturas para su estudio.

 

NUEVOS ÁMBITOS DE ESTUDIO DE LA HISTORIA DE LA PROVINCIA

 

'Sin duda, la doctora Rosillo se “lanzó”, como ella dice, a una apuesta valiente al elegir este tema de investigación tan poco corriente. Una apuesta secundada por la Diputación de Sevilla, al premiar su análisis en uno de nuestros certámenes más prestigiosos entre los investigadores locales', ha explicado Rocío Sutil, diputada provincial de Cultura y Ciudadanía.

'Se trata, en definitiva, de ir abriéndonos a todos los enfoques posibles, de alentar a los investigadores en su curiosidad y en su tesón, para abarcar el mayor campo de conocimiento sobre la historia de la provincia de Sevilla', matiza la diputada.

 

La monografía está realizada partiendo de fuentes de archivo, fundamentalmente cartas de dote e inventarios post-mortem, investigados en el Archivo Histórico Provincial, el Archivo de Protocolos de Sevilla y en el Municipal de Écija (Fondo marquesado de Peñaflor), además de fuentes indirectas, como la pintura y la literatura de la época.

 

Estudia y analiza la indumentaria tanto masculina como femenina, de todo el espectro social sevillano durante el siglo XVIII, desde las capas trabajadoras a las más altas, poniendo de relieve la enorme importancia de la ropa y su significado en la sociedad sevillana del setecientos, coincidiendo con el advenimiento de la monarquía borbónica, que cambió la moda en la indumentaria de la sociedad española.

 

'La moda es un signo de status social impresionante, aunque el tipo de piezas sea parecido, no es así en telas, ni decoraciones, ni joyas, y esto es lo que marca el plus', opina Bárbara Rosillo, que incide también en los puntos de interés de un siglo XVIII, 'que es el primer momento histórico en que la mujer empieza a tener un papel social, al recibir en los salones, y la moda refleja esto cuando el vestido no encubre ni disfraza su silueta, sino que la mujer se muestra tal como es'.

 

La investigadora aragonesa afincada en Sevilla señala también al XVIII somo 'un siglo on muchos avances técnicos. Por ejemplo, se descubren los tintes, los tonos pastel... es el Siglo del Rosa, un color que también se ve en las vajillas. Tienen mucha importancia la elegancia incluso en el interior de las casas, con muebles de más tipos y más adecuados a determinadas funciones de las personas que las habitan. Es un mundo hacia el interior el que empieza a cuajar'.

 

Bárbara Rosillo destaca que su libro concluye con una frase de Doña Josefa Amar y Borbón, ilustrada de la época, zaragozana como ella, que pone el acento en la retroalimentación de la moda. 'La frase sigue vigente. La moda es crea y se destruye y ésa es su esencia y su sentido', sentencia Rosillo.